Escribir es un acto de producción intelectual y a veces artística. Pero leer también lo es. Cuando se lee nacen nuevas ideas, se reflotan otras casi olvidadas, se relacionan hechos y personajes. Leer es un hecho creativo. Aunque la creación lectora no se perpetúe en un papel, la lectura crea y enriquece el espíritu. En el club de lectura verbalizamos esa creación y en la materializamos para animarnos a seguir leyendo y creando. Cuando se lee para el club de lectura se saca mayor rendimiento. No sólo leemos por mero placer, sino, para encontrar esas frases y esas ideas dignas de recordar y debatir. Como añade Francisco, esta lectura se enriquece con la aportación de los demás compañeros. Cuando el libro no nos parece bueno se puede saborear el gusto de criticar la obra con o sin fundamentos pero “machacando” al autor. En algo habrá fallado.
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