Sueños en el umbral es un documento de lectura accesible y de notable valor antropológico, recomendable para aquellos que quieran conocer de primera mano la cultura y los pensamientos de las mujeres marroquíes de familias ricas.
Una niña que crece y hace preguntas es el hilo conductor que utiliza Fátima Mernissi para adentrarnos en la vida diaria de un harén marroquí de mitad del siglo XX.
Fátima Mernissi nos muestra los secretos de la vida enclaustrada y machista llevada a sus máximos extremos.
Las diferencias entre hombres y mujeres eran considerables. Sólo el hombre tenía derecho a escuchar la radio, y por tanto, acceso a la información. En el harén urbano, las mujeres carecían de libertad de movimiento. Pero gracias a la literatura y al teatro que organizaban en la casa viajaban a otros tiempos y latitudes.
El patio era el lugar de trabajo y de interacción entre ellas. Allí se administraban tradicionales sistemas de belleza y maquillaje. La terraza era el lugar de la libertad. Podían apreciar el cielo infinito y conocer a otros jóvenes a la distancia.
En cambio, el harén del campo era un espacio abierto, sin fronteras arquitectónicas y con mayor libertad.
En el libro resalta la integración entre negros y blancos, en contraste con la sociedad norteamericana, de la que copiaron los árabes la costumbre de mascar chicle y fumar, quizás con la idea de progreso o incluso como acto de rebeldía.
Sueños en el umbral es un extenso interrogatorio sobre las diferencias que regían la vida de las mujeres marroquíes hace 60 años.
Fátima Mernissi nos muestra los secretos de la vida enclaustrada y machista llevada a sus máximos extremos.
Las diferencias entre hombres y mujeres eran considerables. Sólo el hombre tenía derecho a escuchar la radio, y por tanto, acceso a la información. En el harén urbano, las mujeres carecían de libertad de movimiento. Pero gracias a la literatura y al teatro que organizaban en la casa viajaban a otros tiempos y latitudes.
El patio era el lugar de trabajo y de interacción entre ellas. Allí se administraban tradicionales sistemas de belleza y maquillaje. La terraza era el lugar de la libertad. Podían apreciar el cielo infinito y conocer a otros jóvenes a la distancia.
En cambio, el harén del campo era un espacio abierto, sin fronteras arquitectónicas y con mayor libertad.
En el libro resalta la integración entre negros y blancos, en contraste con la sociedad norteamericana, de la que copiaron los árabes la costumbre de mascar chicle y fumar, quizás con la idea de progreso o incluso como acto de rebeldía.
Sueños en el umbral es un extenso interrogatorio sobre las diferencias que regían la vida de las mujeres marroquíes hace 60 años.
“Dignidad es tener un sueño, un sueño fuerte,
que te dé una ilusión, un mundo en el que tengas un lugar,
en el que cuanto hayas de aportar sea importante”.
“Llorar cuando te ofenden es como pedir más”.
Fátima Mernissi nació en Fez, Marruecos en 1940.
Recibió el Premio Príncipe de Asturias de las letras 2003.
Amor, no me quieras tanto
Déjame volar sin alas
Amor, déjame dormida
Que en el sueño de mi cama
Libre mi alma camina
Amor, no me quieras tanto
No me guardes, no me oprimas
Déjame beber el viento
Abrazada de su brisa
¿Por qué entre cuatro paredes
me tienes, amor metida?
Prisionera de prejuicios
Angustiada en la desidia
Como un pájaro sin alas
Igual que un niño sin risa
Llena de desesperanza
Y vacía de caricias
Quisiera correr descalza
Sola, libre y sin heridas
Amor, no me quieras tanto
Y déjame....vivir la vida.
Inma
que te dé una ilusión, un mundo en el que tengas un lugar,
en el que cuanto hayas de aportar sea importante”.
“Llorar cuando te ofenden es como pedir más”.
Fátima Mernissi nació en Fez, Marruecos en 1940.
Recibió el Premio Príncipe de Asturias de las letras 2003.
Amor, no me quieras tanto
Déjame volar sin alas
Amor, déjame dormida
Que en el sueño de mi cama
Libre mi alma camina
Amor, no me quieras tanto
No me guardes, no me oprimas
Déjame beber el viento
Abrazada de su brisa
¿Por qué entre cuatro paredes
me tienes, amor metida?
Prisionera de prejuicios
Angustiada en la desidia
Como un pájaro sin alas
Igual que un niño sin risa
Llena de desesperanza
Y vacía de caricias
Quisiera correr descalza
Sola, libre y sin heridas
Amor, no me quieras tanto
Y déjame....vivir la vida.
Inma
Opinión: Otros harenes
No todos los harenes son físicos como el que describe Fátima Mernissi. Hay “harenes” culturales que oprimen a los integrantes de una sociedad por su sexo, raza u origen social que son, a veces, más sutiles y por ello, más perversos. La sociedad levanta muros, impone reglas y determina roles muy difíciles de quebrantar. En ocasiones, el harén está dentro de uno, con sus miedos y sus prejuicios asumidos y no nos permite enfrentar el mundo. Como señala Fátima: sólo una persona puede cambiar esa situación, y esa persona eres tú, si plantas cara al desprecio y sueñas con un mundo distinto. Gustavo
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