Días de amor y engaños incluye personajes, diálogos y pensamientos que más de una vez hemos conocido porque pertenecen a la realidad cotidiana.
Para otros miembros, el libro reproduce las características de las telenovelas y mantiene una narración llena de clichés: la sesentona que vive para su hogar, la alcohólica, la profesional moderna, la suegra ridícula, etc.
Su autora, Alicia Giménez Bartlett (Almansa, 1951) traslada la acción a una zona remota de México. Allí, un grupo de ingenieros españoles realiza una represa, mientras que sus esposas se instalan en un conjunto de casas a decenas de kilómetros de la obra. Sólo reciben la visita de sus maridos los fines de semana.
Así se crea una situación inverosímil, donde un grupo de mujeres adultas pasa sus días sin trabajar, esperando el fin de semana.
En la novela, no hay móviles, las mujeres no conducen y no tienen ingresos, lo que crea una situación de dependencia casi total.
La autora genera la complicidad con sus lectoras en base a un lenguaje femenino y adulto. Se tocan temas como la infidelidad, el alcoholismo y los problemas existenciales.
“Se necesitan muchas cosas para escribir:
inteligencia, cultura, conocimientos técnicos, talento
, inspiración, voluntad, pasión
y disposición para llegar al borde de uno mismo y de sus obsesiones.”
inteligencia, cultura, conocimientos técnicos, talento
, inspiración, voluntad, pasión
y disposición para llegar al borde de uno mismo y de sus obsesiones.”
La autora crea artificialmente un ambiente donde las protagonistas no trabajan, no cuidan de su hogar ni de sus hijos.
Ni siquiera conducen.
Ni siquiera conducen.
Utiliza un lenguaje femenino y adulto, aunque la novela se ancla en tópicos machistas, difíciles de encontrar en la sociedad española actual.
Narra las historias de unas mujeres desesperadas, desarraigadas y ociosas
GJVA
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