jueves, 23 de octubre de 2008

CORPUS CHRISTI EN TOLEDO




Una ciudad engalanada nos esperaba para mostrarnos los retratos que el Museo del Prado les había prestado.
No fuimos a ciegas. Muchos habíamos presenciado la charla que sobre la exposición se había realizado en Añover durante la semana cultural.


A los miembros del club se sumaron otros vecinos en la excursión. Ya en el Museo de Santa Cruz, se sumó al grupo más de un desconocido para aprovechar la visita guiada. Todavía recordamos a la guiri de la mochila que no hizo muchos amigos. A pesar de todo, pudimos observar el virtuosismo en la representación minuciosa de telas y joyas. Nos explicaron que con la llegada del romanticismo las pinceladas se hicieron más visibles y que el empaste espeso refuerza el carácter espontáneo e impulsivo de la creación.
Observamos como en los retratos se elegían cuidadosamente los fondos y los accesorios que mostraran la posición social del retratado. Cuando esa persona era el rey se incluía siempre un perro, como símbolo de fidelidad.
GJVA

La belleza de algunas pinturas
a nadie dejó indiferente

Vicente López Portaña (1772-1850)
La señora de Delicado de Imaz. 1832-1833
Óleo sobre lienzo, 109 x 86 cm

2 comentarios:

Anónimo dijo...

DULCE FRUTO DE LA PRIMAVERA
Este libro me ha dado a conocer un aspecto ignorado de Garcilaso, es decir la faceta de soldado al servicio de Carlos I, una servidumbre tal que roza la esclavitud; este modo de proceder, se puede observar tanto en el terreno amoroso como en el familiar.
En cuanto al aspecto afectuoso teniendo en cuenta el título del libro "Dulce fruto de la primavera" se refiere sin ninguna duda a la relación que Garcilaso tiene con Guiomar de la cual nace Lorenzito.
La relación de Garcilaso con Guiomar la utiliza la escritora para darnos a conocer los condicionantes familiares y de poder en las uniones matrimoniales; este se puede apreciar por ejemplo en la oposición de doña Teresa (madre de Guiomar) a su relación con Garcilaso pues este es de categoría económica inferior; pero a su vez esta misma, doña Teresa, se reúne con doña Sancha (madre de Garcilaso), cuando nace Lorenzito, para arreglar la boda de su hija con Garcilaso como mal menor.
Otro aspecto del libro es el poder del rey sobre sus subordinados, que lo demuestra cuando Garcilaso solicita su consentimiento para casarse con Guiomar y el rey se lo niega, en cambio impone la boda de Garcilaso con su hija Helena.
También la escritora refleja la cuestión de tener un hijo fuera del matrimonio en aquella época, nos pone el caso de Guiomar que para limpiar su honra la plantean el entrar en un convento; en cambio el rey deja preñada a doña Germana y hace un apaño para que esta se case con el duque de Calabria.
Algo que me ha llamado la atención a sido el desconocimiento íntimo de las parejas en las uniones matrimoniales, pues en estas tenían gran importancia los intereses familiares; por ejemplo Helena (hija del rey) desconocía que Garcilaso tenía un hijo y Garcilaso ignoraba el carácter y la manera de ser de la que iba a tener por esposa.
En resumen un libro interesante,de tiempos en que dominaba el machismo,el poder absoluto y la obediencia absuluta, hechos que afortunadamente ya son historia ó al menos pueden ser motivo de queja.
Francisco

Gustavo Javier Vázquez Álvarez dijo...

Francisco: creo que Helena era una joven cortesana pero no era la hija del rey.
Con los ejemplos que das sobre como doña Teres y Sancha deciden la vida de sus hijos, creo que se puede concluir que más machismo dominaba un poder absoluto del que ejercía el poder, ya sea hombre o mujer

Gustavo