Amir y Hassan eran muy buenos amigos y algo más. Amir, hijo de un rico pastún y Hassan hijo de su sirviente hazara. Y algo más.
El afgano-estadounidese, Khaled Hosseini retrata al Afganistán de los años 70, a partir de la vivencia de Amir, el protagonista.
La competición de cometas representa más de una alegoría sobre las diferentes luchas que sufre el niño, el país y la sociedad.
El drama se dispara porque la amistad fiel por parte de Hassan es renegada por Amir ante la sociedad debido al racismo. A ello, se suman los celos que Amir siente por el trato que su padre tiene con su amigo y servidor.
El relato pierde interés cuando la acción se traslada a EE.UU. pero crece nuevamente cuando Amir, ya adulto, vuelve a su tierra a limpiar su conciencia.
Su autor, hijo de un diplomático, vivió en Afganistán hasta los 11 años y en 2006 fue nombrado Enviado Especial de buena voluntad de ACNUR.
En 2005, Cometas en el cielo fue uno de los libros más vendidos en los Estados Unidos.
La película resulta ser un resumen de las acciones más importantes que se narran en el libro.
Pero se olvida del tema conductor de la novela: el remordimiento. El film es lineal y no se sumerge en la mente del protagonista.
Tampoco incluye la amenaza de Hassan a Assef que terminará haciendo efectiva su hijo, hecho que cierra perfectamente la historia escrita y que en la gran pantalla pierde efectividad. En el libro los cometas en el cielo representan esas cosas que dejamos en el aire y que tarde o temprano se nos caen encima, se estampan en nuestras narices y debemos resolver.
El film malgasta minutos en la lucha de cometas, que visualmente podría resultar interesante para el cine arte, pero que en este caso detiene la narración y aburre.
El suizo Marc Forster fue el encargado de la dirección del film y se estrenó en España en marzo de 2008. A los que hemos leído el libro no nos convence
Gustavo Javier Vázquez Álvarez (GJVA)
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