“CREEMOS QUE GARCILASO TAMBIÉN FUE COMUNERO”
La autora de El dulce fruto de la primavera, Valle Vaquero Serrano, recibió a Añoleer en el cigarral familiar. Un entorno envidiable para la inspiración creativa. Médico estomatólogo de profesión, la toledana nos habló del hombre y del poeta Garcilaso de la Vega.
¿Cómo nació El Dulce Fruto de la Primavera?
Muy fácil. Mi hermana Carmen, que se dedica a la investigación del siglo XVI, descubrió en un archivo privado un documento de una donación de una señora a un hijo suyo. En él explicaba de una manera muy cruda, muy realista que había tenido amor durante mucho tiempo con Garcilaso de la Vega, el poeta y fruto de ese amor había nacido su hijo.
¿Se conocía la existencia de ese hijo extramatrimonial?
De Lorenzo Suárez de Figueroa sólo conocíamos el nombre. Tras el descubrimiento se sabe que Lorenzo obtuvo el apellido más importante de la familia Laso de la Vega. La sorpresa para nosotros fue mayúscula. Fue el documento más importante del siglo de Oro descubierto en el siglo XX. Garcilaso nos obligó a investigarlo a él. Cuando creíamos que todo estaba escrito sobre Garcilaso nos dimos cuenta que no se conocía toda su historia. Desde ese día vivimos “psicológicamente” de ese hecho.
¿Se parece tu Garcilaso al Garcilaso históricamente conocido?
Muchísimo. No todo escritor, por muy buen escritor que sea no tiene que ser un personaje ejemplar. Garcilaso sí fue un caballero ejemplar, es decir, un galán, un señor muy educado y culto que tenía un dominio del verbo maravilloso y un don especial para la poesía. Pero su vida privada era muy diferente. Un hombre muy atractivo que debió ser muy mujeriego.
¿Qué se puede decir del Garcilaso poeta?
Ahora, con la nueva información que tenemos sobre él, sus versos se entienden mejor. Voluble, enamoradizo, vital y muy apasionado, que estaba hecho para la poesía. Es el príncipe de los poetas españoles. Esa vibración que tiene la poesía de Garcilaso lo distingue. Es el único poeta que nunca se ha pasado de moda, nunca ha dejado de ser el más leído y el más admirado de todos los poetas españoles.
Pero en tu novela aparece como un personaje simple, un cobarde.
Ya lo creo que fue un cobarde en la situación que le tocó vivir. Garcilaso era un segundón en una casa en la que su hermano había sido un jefe comunero y vivió preocupado sólo en no perder la gracia real.
¿Qué se conoce de su amante Guiomar?
De Guiomar lo poco que se sabe es lo que aparece en el libro. Hemos encontrado algún documento de una hermana suya y del resto de su familia, mucho. Eran muy poderosos.
¿Qué más se puede descubrir sobre Garcilaso?
Muchísimo. Mi hermana Carmen ha descubierto que su amor frustrado era la mujer de su hermano Pedro, Beatriz de Sá. Está casi totalmente probado porque lo dice en sus sonetos en forma de enigma. Él se enamoró, sin llegar a la relación carnal, de una portuguesa. Siempre se había pensado por un error de transcripción a lo largo de la historia que era una tal Isabel Freire, dama de la reina. Pero todo indica que esa mujer era su cuñada Beatriz de Sá, convirtiéndose en un amor prohibido y pecaminoso.
Documento donde Guiomar afirma que de la cópula carnal con Garcilaso engravidó y parió a Don Lorenzo Suárez de FigueroaMuy fácil. Mi hermana Carmen, que se dedica a la investigación del siglo XVI, descubrió en un archivo privado un documento de una donación de una señora a un hijo suyo. En él explicaba de una manera muy cruda, muy realista que había tenido amor durante mucho tiempo con Garcilaso de la Vega, el poeta y fruto de ese amor había nacido su hijo.
¿Se conocía la existencia de ese hijo extramatrimonial?
De Lorenzo Suárez de Figueroa sólo conocíamos el nombre. Tras el descubrimiento se sabe que Lorenzo obtuvo el apellido más importante de la familia Laso de la Vega. La sorpresa para nosotros fue mayúscula. Fue el documento más importante del siglo de Oro descubierto en el siglo XX. Garcilaso nos obligó a investigarlo a él. Cuando creíamos que todo estaba escrito sobre Garcilaso nos dimos cuenta que no se conocía toda su historia. Desde ese día vivimos “psicológicamente” de ese hecho.
¿Se parece tu Garcilaso al Garcilaso históricamente conocido?
Muchísimo. No todo escritor, por muy buen escritor que sea no tiene que ser un personaje ejemplar. Garcilaso sí fue un caballero ejemplar, es decir, un galán, un señor muy educado y culto que tenía un dominio del verbo maravilloso y un don especial para la poesía. Pero su vida privada era muy diferente. Un hombre muy atractivo que debió ser muy mujeriego.
“Garcilaso cometió adulterio al yacer con su esposa Elena”
¿Qué se puede decir del Garcilaso poeta?
Ahora, con la nueva información que tenemos sobre él, sus versos se entienden mejor. Voluble, enamoradizo, vital y muy apasionado, que estaba hecho para la poesía. Es el príncipe de los poetas españoles. Esa vibración que tiene la poesía de Garcilaso lo distingue. Es el único poeta que nunca se ha pasado de moda, nunca ha dejado de ser el más leído y el más admirado de todos los poetas españoles.
Pero en tu novela aparece como un personaje simple, un cobarde.
Ya lo creo que fue un cobarde en la situación que le tocó vivir. Garcilaso era un segundón en una casa en la que su hermano había sido un jefe comunero y vivió preocupado sólo en no perder la gracia real.
¿Qué se conoce de su amante Guiomar?
De Guiomar lo poco que se sabe es lo que aparece en el libro. Hemos encontrado algún documento de una hermana suya y del resto de su familia, mucho. Eran muy poderosos.
¿Qué más se puede descubrir sobre Garcilaso?
Muchísimo. Mi hermana Carmen ha descubierto que su amor frustrado era la mujer de su hermano Pedro, Beatriz de Sá. Está casi totalmente probado porque lo dice en sus sonetos en forma de enigma. Él se enamoró, sin llegar a la relación carnal, de una portuguesa. Siempre se había pensado por un error de transcripción a lo largo de la historia que era una tal Isabel Freire, dama de la reina. Pero todo indica que esa mujer era su cuñada Beatriz de Sá, convirtiéndose en un amor prohibido y pecaminoso.
¿Podemos decir que Garcilaso y Guiomar perdieron por no rebelarse a las normas establecidas? ¿Fueron infelices?
Sí y no. Sucede que no se puede juzgar a los personajes de la época con nuestros cánones. La vida social y familiar era completamente diferente. Nadie se casaba por amor. Casarse por amor era una casualidad, como le sucedió al emperador Carlos V. Pero no consideraban al matrimonio como un cosa de amor. Era un tema de conveniencia que solía salir bastante bien.
Pero tus personajes, Guiomar y Garcilaso, sí querían casarse por amor.
El primer amor es el primer amor en el siglo XXI y en el XVI. El documento que encontramos dice “le doy esto a mi hijo para que se case con quien quiera”. Esto refleja que Guiomar tiene clavado en su corazón el hecho de no haberse casado con quien quiso. Posiblemente porque su amor no tenía dinero suficiente o porque no los dejaron. Había pasiones como las actuales pero no tenían las mismas reglas.
En el documento encontrado, Guiomar usa la fórmula “por el mucho amor que yo le tuve”, al referirse a Garcilaso. Lo curioso es que era una fórmula utilizada entre cónyuges. Y lo hace porque fue su mujer ya que en la época, antes del Concilio de Trento, cuando yacían dos personas solteras automáticamente estaban casadas. No necesitaban testigos ni Iglesia. Los matrimonios secretos eran corrientes. Los ministros del matrimonio eran los cónyuges, el cura era un mero testigo. Es decir, que Garcilaso y Guiomar estuvieron casados pero cuando ese matrimonio quiso hacerse público no se lo permitieron por ser Guiomar una comunera. El verdadero adulterio lo cometió Garcilaso con Elena de Zúñiga. Guiomar lo deja claro en el documento porque Garcilaso ya está muerto y a ella no la pueden acusar de nada porque no volvió a casarse.
“Garcilaso fue un cobarde”
¿Cómo se entiende que en tu libro el rey no permitiese la boda entre una comunera y Garcilaso pero si aceptara al poeta como parte de la corte y hombre de confianza siendo hermano de un jefe comunero?
Porque el rey tampoco podía enfrentarse a toda la nobleza castellana. Si el rey no perdona y readmite a la nobleza se queda solo. Por eso tuvo que hacer un perdón general, con algunas excepciones. Estamos pensando que Garcilaso también fue comunero. Todos los nobles castellanos, al ver que la guerra se perdía fueron traicionando a las Comunidades. Y Pedro Laso, el hermano de Garcilaso, no fue de los últimos en cambiar de bando. El rey necesitaba a los nobles porque eran ellos quienes iban a gobernar sus dominios. Tenía que basarse en las grandes familias y tuvo que aceptarlas. “Te perdono y ahora estarás debajo de mi bota”, eso hizo con Toledo.
¿De dónde obtienes la información?
De archivos privados y de la Iglesia. Toledo es una mina. Uno de los documentos más importantes es el inventario. Ante el peligro de muerte se hacía un inventario de todo lo que tenían. Gracias a ellos podemos saber las pocas cosas que tenían dentro del hogar.
Sin embargo tú haces largas descripciones de los complementos femeninos, joyas, vestuario.
Los españoles de la época, aunque tuvieran que endeudarse, iban maravillosamente vestidos. Los monarcas no paraban de dictar leyes prohibiendo el uso ostentoso de vestimentas pero no consiguieron nada. Se compraban las telas más bonitas, las plumas más caras. Ya Isabel la Católica había dictado normas contra el gasto en ropa. Pero al mismo tiempo, la decoración de las viviendas era paupérrima.
¿Pero por qué tanta descripción?
La descripción de las joyas, de los peinados, ¡eso es fantástico! Yo siempre escribo lo que me gusta a mí porque creo que le va a gustar a los demás. Esas descripciones me encantan. En la coronación de Bolonia, cómo iban los caballos, cómo sonaban las bombardas y sobre todo cómo iban las señoras con esas plumas, amosqueadores y abanicos, con esos olores. ¡Eso me encanta!
Y las diferencias de cómo calentaban las casas, porque casi no había cristales en las ventanas. En el mejor de los casos eran papeles encerados. Tantas cortinas que tenían que poner, tanta tapapuerta, tanta alfombra para evitar el frío. Porque tampoco había una chimenea en cada cuarto. Había mucho brasero y mucho frío. Un frío horroroso. Y la higiene. No había manera de ser higiénico. No había agua corriente. El agua había que llevarla en cántaros y luego en aguamaniles. Esas diferencias me gustan repasarlas para que la gente vea lo bien que vivimos.
“Para escribir hay que leer mucho”
¿Te fue necesario recorrer Toledo?
A Toledo te lo puedo describir con esquinas y clavos. Soy nacida en Las Cuatro Calles.
Tuve que investigar para ver que edificios había porque ha variado mucho. Hubo muchas destrucciones. Durante la invasión francesa, en una noche ardieron todos los mejores edificios de Toledo: el convento de los Mercedarios, el de las Carmelitas, el de los Agustinos. Eran los mejores edificios de la ciudad. Reconstruir el Toledo del siglo XVI no fue difícil porque hay mapas de calles y censos de la época.
En el club destacamos el estilo utilizado.
Sería absurdo haberlo escrito en el español del siglo XVI porque la gente no lo entendería. Yo le quise dar una pátina, una cosa así que se parezca, darle un aire para que el lector se vea inmerso en la época. Hay que tener cuidado en no introducir términos actuales pero tampoco se puede ser muy riguroso porque no se entendería. Igualmente, hay gente que me dice que hay que utilizar el diccionario para leer mi libro, ¡pues utilízalo! No está mal que se use el diccionario.
¿Qué comentarios recibiste de los clubes de lectura que leyeron tu libro?
Es muy curioso. Ninguno ha coincidido en lo que le ha gustado. Ahí está la riqueza, cada lector se fija en un elemento.
A Toledo te lo puedo describir con esquinas y clavos. Soy nacida en Las Cuatro Calles.
Tuve que investigar para ver que edificios había porque ha variado mucho. Hubo muchas destrucciones. Durante la invasión francesa, en una noche ardieron todos los mejores edificios de Toledo: el convento de los Mercedarios, el de las Carmelitas, el de los Agustinos. Eran los mejores edificios de la ciudad. Reconstruir el Toledo del siglo XVI no fue difícil porque hay mapas de calles y censos de la época.
En el club destacamos el estilo utilizado.
Sería absurdo haberlo escrito en el español del siglo XVI porque la gente no lo entendería. Yo le quise dar una pátina, una cosa así que se parezca, darle un aire para que el lector se vea inmerso en la época. Hay que tener cuidado en no introducir términos actuales pero tampoco se puede ser muy riguroso porque no se entendería. Igualmente, hay gente que me dice que hay que utilizar el diccionario para leer mi libro, ¡pues utilízalo! No está mal que se use el diccionario.
¿Qué comentarios recibiste de los clubes de lectura que leyeron tu libro?
Es muy curioso. Ninguno ha coincidido en lo que le ha gustado. Ahí está la riqueza, cada lector se fija en un elemento.
“Si no tienes representante no llegas a ningún lado”
¿Qué es lo que más te gusta de tu libro?
Yo soy muy crítica conmigo misma. Me gusta lo sensual en lo que respecta a la apreciación de los sentidos. Es decir, de poder apreciar los olores, las vistas, los tactos. El poder hacer entrar a la gente como si estuviera allí. Eso sólo se hace a través de los sentidos.
He tenido pocas críticas, seguramente porque el que las tenga quizá no se atreva a hacérmelas porque me quiere. No deja de ser un libro novel y debe tener muchas cosas para criticar. Es un libro fácil que guste.
¿Por qué tú y no tu hermana ha escrito el libro?
Mi hermana Carmen es una investigadora pura y dura. Es decir, ella se dedica a ir a las fuentes, a los archivos donde están los manuscritos antiguos. Es una labor muy ardua. Debe documentar esos textos de forma rigurosa, señalando el folio y legajo donde se encuentra tal información. Lo que hace que sus escritos no sea apropiados para el gran público.
El descubrimiento fue tan apasionante, tan humano que dije que eso no se podía quedar en un libro sólo para historiadores. Había que ponerle un poco de carne y de imaginación para darlo a conocer y que la gente se interese. Fue una adaptación para el gran público.
¿Habías escrito anteriormente?
Llevo toda la vida escribiendo. He publicado leyendas y cuentos. Este es mi primer relato largo. Pero ya venía hecho. Tenía los personajes, el principio y el final. Lo único que tuve que hacer fue investigar, empaparme del siglo XVI para darle una ambientación correcta. Para no poner que había eucaliptos o que tomaban café todas las tardes.
Yo soy muy crítica conmigo misma. Me gusta lo sensual en lo que respecta a la apreciación de los sentidos. Es decir, de poder apreciar los olores, las vistas, los tactos. El poder hacer entrar a la gente como si estuviera allí. Eso sólo se hace a través de los sentidos.
He tenido pocas críticas, seguramente porque el que las tenga quizá no se atreva a hacérmelas porque me quiere. No deja de ser un libro novel y debe tener muchas cosas para criticar. Es un libro fácil que guste.
¿Por qué tú y no tu hermana ha escrito el libro?
Mi hermana Carmen es una investigadora pura y dura. Es decir, ella se dedica a ir a las fuentes, a los archivos donde están los manuscritos antiguos. Es una labor muy ardua. Debe documentar esos textos de forma rigurosa, señalando el folio y legajo donde se encuentra tal información. Lo que hace que sus escritos no sea apropiados para el gran público.
El descubrimiento fue tan apasionante, tan humano que dije que eso no se podía quedar en un libro sólo para historiadores. Había que ponerle un poco de carne y de imaginación para darlo a conocer y que la gente se interese. Fue una adaptación para el gran público.
¿Habías escrito anteriormente?
Llevo toda la vida escribiendo. He publicado leyendas y cuentos. Este es mi primer relato largo. Pero ya venía hecho. Tenía los personajes, el principio y el final. Lo único que tuve que hacer fue investigar, empaparme del siglo XVI para darle una ambientación correcta. Para no poner que había eucaliptos o que tomaban café todas las tardes.
“Yo siempre escribo lo que me gusta a mí
porque creo que le va a gustar a los demás”
porque creo que le va a gustar a los demás”
¿Cómo va tu segundo libro?
Desde el mar de Lusitania, mi segundo libro, está terminado. Lo estamos corrigiendo. Narra el amor frustrado de Garcilaso con su cuñada y estará publicado el año que viene. Forma parte de una trilogía y la idea me surgió a partir de El cuarteto de Alejandría de Lawrence Durrell en el que cuenta la misma historia en cuatro libros, cada uno desde la visión de un personaje. Teniendo en cuenta que Garcilaso tuvo varias mujeres, pensé ¿cómo lo vería cada mujer? De sus grandes amores elegí a Guiomar Carrillo, Beatriz de Sá y a su mujer Elena de Zúñiga. Para los títulos elegí poemas de Garcilaso. El tercero, que ya estoy escribiendo se llamará Duro campo de Batalla. Se ven tres Gracilasos a través de los ojos de las mujeres que lo trataron. También estoy haciendo la colección de mis leyendas para publicarlas como un sólo libro y otro con mis cuentos.
¿Cómo va la versión cinematográfica?
Tengo hecho un guión. La fundación Garcilaso me lo pidió pero no ha demostrado mucho interés. Estamos intentando presentarlo a varios directores que a mi me gustan, a ver si tenemos suerte. El guión es apasionante pero deben tener tiempo para leerlo e interesarse. El tema es complicado porque el mundo del cine, la música y la literatura es muy mafioso. Es muy difícil meter cabeza en estos sitios porque es todo nepotismo y corrupción. Hay gente muy buena pero están enredados en la maraña. Es difícil salirse de la maraña del amiguismo. Mi favorito es Garci. Si me dice que hace mi película me haría la mujer más feliz del mundo.
¿Por qué dices que es mafioso?
A mi me dijeron que para escribir necesitaba una representante. Si no tienes representante no llegas a ningún lado porque son las que te presentan a las editoriales y a los premios. Los premios grandes están todos dados. Es absurdo que te presentes. Están encargados y pagados antes de darlos. Me busqué una representante pero me hizo un contrato tan leonino que me negué. Así que sigo por mi cuenta y si me leen en Toledo, mis amigos y mis clubes de lectura, ya está.
O eres una figura de televisión que tienes un negro que te hace el libro y ya sabes que vas a vender 200.000 ejemplares, o tienes una representante como Carmen Balcells que se comen tu libro.
Pasa lo mismo en la ópera, en la pintura. Se crea un mito, un falso mito y con los escritores pasa lo mismo. Los premios Planeta ya no los leo porque son pésimos. Si ya lo dijo Luis María Ansón que ni se leía los libros y que el ganador ya venía indicado por la editorial. Si lo confiesan con ese cinismo ¿para qué te vas a meter ahí? Después hay un montón de gente, como Espido Freire, que no hay quien las lea. Es como el traje del rey. Te dicen ¡qué cosa más magnífica, más moderna! Y en realidad no hay quien lo entienda. Pasa con la literatura, con la pintura y con todo.
¿Y qué se puede hacer?
Son mafias, mafias a las que se pueden hacer “pequeños rotos” a partir del boca a boca y que queda en un ¡qué bonito es tu libro! Los libros son como botellas que se echan al mar. A lo mejor esa botella la encuentra alguien que le guste y se sale de la maraña. Hay que intentarlo todo pero sin caer en indignidades.
Lugar favorito de Toledo: Las Cuatro calles.
Libro favorito: El Quijote
Libros recomendables para el club de lectura: Crónicas de una muerte anunciada, La piel del tambor, La Regenta.
Libro favorito: El Quijote
Libros recomendables para el club de lectura: Crónicas de una muerte anunciada, La piel del tambor, La Regenta.
¿Cómo te defines como un médico que escribe o una escritora que medica?
Una escritora que medica. Escribir es lo que me realiza. Me gusta la medicina y he sido médico por vocación pero la medicina en España es muy decepcionante. Se ha producido una masificación tan grande que no queda a gusto de nadie, ni de los pacientes porque no se los atiende bien, ni de los médicos porque no tienen ni el tiempo ni los medios para atender correctamente. Estudiar 10 años para que luego te maltraten es muy decepcionante. El español siempre tuvo dos manías: tener casa propia y estudiar en la universidad. Yo creo que ya no conviene ninguna de las dos.
¿Qué recomendarías a la gente que quiera escribir?
Leer. Para escribir hay que leer mucho, mucho.
¿Cómo te llevas con los ordenadores?
Muy bien, los adoro. Sin ellos no podría vivir, no podría hacer nada. Tengo ordenadores por toda la casa. Me he criado en una familia de impresores, con las cajas, los tipos. El cambio hacia la fotocomposición para mi ha sido un milagro.
¿Qué es para ti escribir?
Es una evasión. Es como cuando leo, me voy, salgo de mis angustias.
Soy vocal de la Asociación Amigos de la Biblioteca del Alcázar, Somos de la Asociación Garcilaso de la Vega. Si no fuese por la cultura y las actividades que desarrollamos ahora estaría en un manicomio.
¿Qué se puede hacer para que más gente se interese por la cultura?
Se trata de que te hagan amar las cosas, que te las hagan amenas y que te hagan ver lo bonito que hay en el conocimiento. Lo que más me gusta en el mundo es saber. Porque el conocimiento te hace libre. El saber te permite elegir y apreciar cosas que no cuestan dinero. Por ejemplo los clubes de lectura. Mucha gente es muy feliz por comentar un rato lo que ha leído.
Gustavo Javier Vázquez Álvarez